Katy Perry fue la gran invitada del desfile de este año de Victoria's Secret, que se celebró la noche del miércoles en Nueva York. Así como la cantante se convirtió en la sensación, la inolvidable ausente fue Heidi Klum, que por primera vez en 13 años no ha desfilado porque decidió retirarse.
La artista fue la encargada de abrir el espectáculo luciendo dos diseños de Todd Thomas, inspirados en la colección que se mostraría más tarde. Además de deslumbrar con los modelos, interpretó tres canciones, “Teenage Dream”, “Firework” y “California Gurls”, usando un atuendo morado y luego con un singular vestido de látex amarillo estampado con corazones.
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